RT Book, Section A1 Lazcano Botello, Guillermo A2 García, Rosalía María del Carmen Rodríguez A2 Botello, Guillermo Antonio Lazcano SR Print(0) ID 1120640867 T1 Nutrición T2 Práctica de la Geriatría, 3e YR 2015 FD 2015 PB McGraw-Hill Education PP New York, NY SN 9786071506146 LK accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?aid=1120640867 RD 2024/03/28 AB Aunque el conocimiento acerca de los cambios relacionados con el proceso del envejecimiento es aún limitado, algunos están bien documentados. Infortunadamente, son raros los casos de personas que experimentan un envejecimiento exitoso; en consecuencia, los cambios que se describen a continuación pueden variar por otros factores, como enfermedades diversas, desnutrición, fármacos, etc. Todos estos cambios modifican los requerimientos y el estado nutricional. Por otra parte, debe recordarse que los cambios observados no son esencialmente iguales en todos los individuos, por lo que existe una notable diversidad. El peso suele estabilizarse después de los 60 años y puede mantenerse un tiempo, pero conforme avanza la edad cada vez es más difícil conservarlo, sobre todo después de los 75 años cuando es posible una pérdida de peso paulatina. Asimismo, se observa una pérdida de masa muscular, en particular de las fibras tipo IIa (de contracción rápida con capacidad glucolítica/oxidativa), que puede iniciar un poco antes de los 60 años. La pérdida puede ser hasta de 45% en relación con la segunda y tercera décadas y es mayor en mujeres que en varones. Varios factores pueden explicar el origen de esta pérdida: cambios en el metabolismo, estructura y función de otros órganos y modificación de los hábitos de la vida cotidiana, ya que el avance de la edad supone menor movilidad. Es significativa la pérdida de unidades motoras tipo α en la columna vertebral y la disminución de la síntesis de nuevas fibras musculares, así como la reducción del potasio corporal total. Es posible, además, la producción de mediadores que interfieren con la disponibilidad de aminoácidos para el músculo, sobre todo en presencia de otras enfermedades. De igual modo, hay que considerar los efectos de la inmovilidad y la desnutrición, problemas muy frecuentes en esta etapa de la vida. Al disminuir la masa magra, también lo hacen la capacidad para realizar ejercicio y sobre todo la fuerza necesaria para mantener la estabilidad, lo cual propicia las temidas caídas.